
Leer para desarrollar la propia personalidad, leer como fuente de sabiduría, leer para aprender a pensar, a reflexionar para hallar aquello único que se comparte con personajes, con historias y sentimientos en ocasiones muy lejanos en el espacio y en el tiempo. Leer, en fin, por el simple y egoísta placer de la lectura. Éstos son algunos de los argumentos que a lo largo de las presentes páginas esgrime el autor como excusa para intentar enseñar —con un lenguaje sencillo y con el entusiasmo de quien desea compartir la mayor de sus pasiones— cómo leer la obra de algunos de los mayores escritores de todas las épocas: de Shakespeare a Proust, de Cervantes a Dickens y a Flaubert, de Jane Austen a Hemingway o de Dostoievski a Borges, entre muchos otros.
En la lectura esta el conocimiento... ya q las ideas no vienen flotando en el aire... de nada sirve ser un genio si no se lee xq sobre q puede versar un genio q ignora todo.
ResponderEliminarNunca leo novelas ficticias, para q hacerlo si puedo leer novelas reales...
Es o no es cierto q los libros de Historia son y seran la novela de la humanidad y por lo tanto es o no es cierto q es una novela real.