martes, 10 de abril de 2012

La Cábala

Árbol de la Vida
La palabra Cábala siginifica «lo recibido», especialmente la doctrina recibida por la tradición. Inicialmente se da este nombre a todo lo contenido en el Pentateuco. El Cristianismo primitivo también se ajustaba a esta tradición; sin embargo, la Cábala se convierte en una tendencia místico-teológica dentro del Judaísmo a partir del siglo XIII d.C. En esencia, la Cábala es un sistema de interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento, que busca en la Torá (el Pentateuco, los primeros cinco libros de la Biblia), el significado del mundo y la «verdad».

La Cábala se remonta a la época de Adán y es anterior al judaismo y a otras religiones..En la antigua literatura judaica, la Cábala o Qabbalah era el cuerpo total de la doctrina recibida, con excepción del Pentateuco. Así pues, incluía a los poetas y los hagiógrafos (escritores de la historia de las vidas de los santos) de las tradiciones orales incorporadas posteriormente a la Mishná (consolidación de la tradición oral judía).

Una de las fuentes más importantes de la Cábala es el Zóhar o Libro del Esplendor, escrito por Simeón Ben Yojai. La idea básica allí expuesta es que, del seno mismo de la Divinidad Oculta o Infinito (el Ain Sof), surgió un rayo de luz que dio origen a la Nada (Ain), identificada con una esfera (Sefirá) o región, que recibe el nombre de Kéter ("corona"). A partir de esta corona suprema de Dios emanan otras nueve esferas (las Sefirot). Estas diez esferas constituyen los distintos aspectos de Dios mediante los cuales éste se automanifiesta.

La Cábala ha estado siempre muy asociada con la magia, la astrología, la quiromancia, la numerología y otras artes ocultas. Así, su base principal es la permutación de letras y su interpretación. Existe un valor de los números y de las letras, su multiplicación y división es la base del trabajo de interpretación y lectura. En la permutación de letras, se sustituyen las letras de un determinado pasaje bíblico por las inmediatamente siguientes, o por las letras inmediatamente precedentes; a veces, incluso, se leen las últimas letras del alfabeto en lugar de las primeras. Todo ello, y muchas otras combinaciones, permite componer palabras que dan nuevos significados a los pasajes bíblicos. Así, el contenido de la Biblia se convierte en un libro aún sin descifrar, que continúa vivo y lleno de misterios por revelar.

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