La frase "Eclipse de Crucifixion" se refiere al período diurno de tres horas en el momento de la Crucifixión de Cristo, que fue registrado en los Evangelios Sinópticos de la Biblia. En ocasiones se relaciona con un eclipse, aunque éste no ocurre durante el período de Luna Llena (durante la Pascua) ni con la duración que se menciona en los Evangelios.
Según los Evangelios Sinópticos (Mateo 27:45, Mateo 27:51-54, Marcos 15:33 y Lucas 23:44-45) durante la crucifixión ocurrió una oscuridad, siendo el primer día de la Pascua y que ocurrió a partir de la "hora sexta" (mediodía) hasta la "hora nona" (3:00 pm). Juan no menciona en su evangelio tal suceso, pero dice que la Crucifixión ocurrió el día 14 de Nisán, cuando se preparaba la Pascua.
Una profecía hecha por Amós (Amós 8:8-9) expresó que un terremoto ocurriría al mediodía y caería una oscuridad. Esto fue escrito durante el reinado de Uzías, siete siglos antes de Jesús. Según Amós, un sismo tendría lugar dos años después en cumplimiento de sus palabras (Amós 1:1) y también fue mencionado por Zacarías (Zacarías 14:5). Tales sucesos han sido interpretados como una profecía del momento de la ejecución de Jesús.
Sexto Julio Africano, en una parte de su obra, dijo que Thallus atribuyó la oscuridad a un eclipse solar. Sexto Julio Africano objetó que tal fenómeno no ocurriría durante la Pascua ya que había Luna Llena, por lo que la Tierra estaba entre dicho satélite y el Sol. No se sabe el porqué Thallus llegó a tal conclusión.
Eusebio de Cesarea (264 - 340 d. C.), en su Crónica, citó a Flegón, quien mencionó que durante el cuarto año de la Olimpiada 202 (32 - 33 d. C.) "un gran eclipse solar ocurrió a la hora sexta y duró excepcionalmente respecto a otros, convirtiendo el día en noche pudiéndose ver las estrellas en el cielo y la tierra de Bitinia y los edificios de Nicea". Eusebio también mencionó que un cronista griego anónimo hace referencia al mismo fenómeno y algunos sismos, por lo que concluyó que fueron los eventos ocurridos durante la Crucifixión.
Tertuliano, en su Apologeticus, dice que los que no estaban al tanto de las profecías "atribuyeron indudablemente la oscuridad a un eclipse". Sugiere que la evidencia es clara: "ustedes se dieron cuenta del portento que estaba escrito."
En el Evangelio de Nicodemo, en los pasajes conocidos como los Hechos de Pilatos, Descenso de Cristo al Infierno y La Paradosis, se menciona los diversos fenómenos físicos que acompañaron a la Crucifixión. En el capítulo XI de los Hechos de Pilatos, la oscuridad que empezó al mediodía y que duró tres horas fue ocasionada por oscurecimiento del Sol por lo que Pilatos y su esposa se sorprendieron por lo ocurrido. Los judíos pensaron que se trataba de un eclipse solar. En el Descenso de Cristo al Infierno se relata que muchos difuntos ascendieron y se aparecieron en Jerusalén poco antes de la Resurrección de Cristo.
Otros Apócrifos mencionan brevemente lo ocurrido; por ejemplo, en el Evangelio de Bartolomé. En los Hechos de Juan conocidos como la Revelación del Misterio de la Cruz, se dice que la oscuridad empezó a la hora sexta y cubrió a todo el mundo.
En la "Carta de Poncio Pilatos a Tiberio" se dice que la oscuridad empezó a la hora sexta, cubrió todo el mundo y en la tarde la Luna Llena sangró toda la noche. En el Evangelio de Pedro se narra que la oscuridad empezó al mediodía y cubrió toda Judea, por lo que la gente fue por sus lámparas para alumbrarse.
En una carta escrita por un tal Dionisio el Aeropagita (ver Pseudo Dionisio), el escritor dice que observó un eclipse solar desde Heliópolis, Egipto en el momento de la Crucifixión. Según la Iglesia Ortodoxa en América, Dionisio, quien es mencionado en Hechos 17:34, estuvo en Atenas y recibió educación griega, estudió Astronomía en Heliópolis y fue ahí donde junto con su amigo Apolófono presenció el fenómeno astronómico.
El Archko Volume, una compilación del siglo XIX de escritos acerca de Jesús, contiene el reporte de Pilatos de lo ocurrido durante la Crucifixión.
Algunos piensan que lo relatado en los Evangelios es un mito y carente de historicidad. Durante el siglo XIX, Kersey Graves dijo que el relato era "demasiado increíble para ser tomado en serio". Se basó en los comentarios de Gibbon acerca del mutismo de Séneca y Plinio el Viejo en sus relatos. Burton Mack sugiere que fue simple invención del evangelista Marcos. Es inusual que un eclipse dure tanto tiempo, por lo que la veracidad del relato es puesta en duda, además que no hace mención de lo ocurrido en el Evangelio de Juan ni en fuentes seculares.
Las investigaciones no han llegado a resultados convincentes. Cálculos astronómicos para datar la Crucifixión, derivados de las fechas de Luna Creciente desde la Luna Nueva primeramente visible en Jerusalén, fueron empleados por los judíos para establecer los primeros días de sus meses lunares (por ejemplo el 1 de Nisán). Se ha estimado que fueron el 7 de abril de 30, 3 de abril de 33 y 23 de abril de 34 (todas d. C.).
Registros extrabíblicos han sido tomados para determinar el año. Eusebio relacionó el oscurecimiento con el año 18 del reinado de Tiberio y el terremoto con el año de la Crucifixión. Si Tiberio (42 a. C. - 37 d. C.) subió al trono en 14, entonces el año 18 de su reinado fue entre las primaveras de 31 y 32 d. C. También Flegón mencionó la oscuridad en el año 32 d. C. El cuarto año de la olimpiada 202 es 32 d. C. (la primera fue en 776 a. C., se celebró después cada cuatro años desde 795 a. C. hasta 394 d. C.).
Julio Africano relacionó la fecha de Crucifixión con las profecías de Daniel, las cuales indican cuantos períodos de siete años habría entre la Reconstrucción de Jerusalén y la Entrada Triunfal del Mesías (Domingo de Ramos). Sir Robert Anderson determinó a 32 d. C. como año de la ejecución de Cristo en base a la profecía, usando el 14 de marzo de 445 a. C. como fecha de emisión del decreto de Artajerjes I para la reconstrucción de Jerusalén y su "Segundo Templo". Aquello sirvió para fechar el cumplimiento de la de profecía de las "Semanas de Años" (Daniel 9:24-27). Su trabajo ha sido corregido y establecen el 6 de abril de 32 d. C. como fecha de la Entrada Triunfal.
Mark Kidger del Instituto de Astrofisica de Canarias (Tenerife, España), comparó el Evangelio Apócrifo de Pedro con los eclipses históricos. Indicó que el eclipse total del 24 de noviembre de 29 d. C. fue presenciado geográficamente muy cerca del lugar de la crucifixión, pasando la sombra cerca del norte de Jerusalén a las 11:05 am, siendo el momento máximo de oscuridad del 95% en dicho lugar y debió pasar desapercibido para la mayoría de quienes estaban fuera de sus casas. El eclipse fue total en Nazaret y Galilea durante 1 minuto y 49 segundos, por lo que los moradores no hubiesen tenido tiempo suficiente para ir por sus linternas a fin de alumbrarse, ya que eso, según el Evangelio de Pedro, lo hubieran hecho si la oscuridad hubiera durado considerablemente.
Se ha tratado explicar que la oscuridad se debió a que el cielo se nubló demasiado. Al respecto, Humphrey y Waddington de la Universidad de Oxford sugirieron un oscurecimiento metereológico seguido por un eclipse lunar en cumplimiento a la Profecía de Joel y en base a sus reconstrucciones del Calendario Judío concluyeron que el 3 de abril de 33 d. C. fue la fecha de Crucifición. El eclipse inició a las 3:50 pm y alcanzó su máximo del 60% a las 5:15 pm. Sin embargo, fue visible desde Jerusalén a partir de las 6:20 pm al salir por el horizonte (ya Sábado de Pascua según el Calendario Judío) con un 20% del disco sombreado y el resto en penumbra. El eclipse finalizó a las 6:50 pm. Los cálculos apuntan que la parte oscurecida del satélite corresponde al borde superior del astro, por lo que los relatos del Evangelio son incorrectos.
En Hechos 2:20 el apóstol Pedro hace referencia a "Luna de Sangre" respecto a una profecía de Joel. Dicha expresión es empleada en el caso del eclipse lunar debido al color que presenta durante una fase del fenómeno debido a refracción de la atmósfera terrestre; de ahí que dichos investigadores lleguen a la conclusión de que se trató de un eclipse lunar ocurrido en la fecha antes mencionada. Bradley Schaefer difiere de lo anterior ya que sus cálculos no arrojan eclipse alguno visible en Jesusalén. C. Rugles concuerda con Schaefer. Sin embargo, empleando diferentes formas de computar, John Pratt y Bradley Schaefer llegaron a la misma fecha de Crucifixión obtenida por Humphreys y Waddington.
Existen registros medievales de eclipses solares de larga duración, como el ocurrido en Reichersberg en 1.241. El astrónomo Restoro d'Arezzo escribió su testimonio considerado "uno de los mas antiguos de la duración de un eclipse total", diciendo que duró "el tiempo en el que se puede dar 250 pasos" (aproximadamente 5 minutos y 45 segundos). Aunque la oscuridad total del eclipse solo dura unos cuantos minutos, a un observador le pudiera parecer varias horas. F. R. Stephenson sugiere que los relatos medievales están claramente influenciados por los relatos bíblicos (ya que casi se transcribe lo expresado en los Evangelios de la Vulgata Latina) y no hay registros de largas duraciones del fenómeno astronómico fuera de Europa. Por lo anterior, algunos consideran el suceso de origen divino. El astrónomo Johannes de Sacrobosco, escribió en su obra De sphaera mundi, que el fenómeno fue resultado de una intervención divina.
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