martes, 1 de mayo de 2012

En Nombre de Dios, por David Yallop


Sinopsis:

Portada del libro
En la mañana del 29 de septiembre de 1.978, el mundo recibía a través de los medios de comunicación, la infausta noticia de la extraña y repentina muerte del Papa Juan Pablo I, elegido en cónclave cardenalicio apenas 33 días antes. El “Papa Sonriente”, apelativo con el cual se había hecho conocido Albino Luciani, había puesto en marcha un ambicioso plan de limpieza dentro del sistema financiero del Vaticano, el cual mantenía una alarmante y escandalosa relación con la mafia italiana, reforzada por una rama ilegal de la Masonería, la denominada P2 (Propaganda Due), habiendo penetrado cada vez más al interior de la estructura vaticana, carcomiéndola en su desmedida ambición de poder; involucrando a numerosos sacerdotes, obispos, e incluso cardenales. De entre todos estos "personajes", era prominente el protagonismo del arzobispo norteamericano Paul Marcinkus, quien tenía a su cargo la administración del Instituto para las Obras de Religión o IOR (en italiano, Istituto per le Opere di Religione), mejor conocido como Banco del Vaticano, entidad que velaba por el patrimonio financiero que ostentaba la Santa Sede. Juan Pablo I había descubierto irregularidades a partir de indebidos manejos efectuados por Michele Sindona, conocido como el “Banquero de Dios” en un negocio de 1.972 con la Banca Cattolica Veneto. Es notable el protagonismo del Secretario de Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal francés Jean Villot, así como de otro cardenal norteamericano, el también arzobispo de Chicago, John Cody, sobre quien pendía una denuncia unánime de la Arquidiócesis para ser destituído por Pablo VI, que se mantenía a la expectativa para el momento de la muerte del Papa Luciani. Por el lado de la mafia, figuraban astutos y oscuros personajes que se mantenían demasiado preocupados por el rumbo de los acontecimientos que amenazaban sus corrompidos intereses: Michele Sindona y Licio Gelli, cabezas de la peor organización criminal que había extendido sus contaminantes redes por el mundo entero (la ya mencionada P2); quienes a su vez ejercían gran influencia en otro hombre, experto en las más intrincadas “artes” de la estafa: Roberto Calvi, presidente del Banco Ambrosiano de Milán. 

Albino Luciani
Todos estos elementos conforman el material de la información de la que se vale David Yallop, autor del libro, para aplicarla en la búsqueda de acertadas conclusiones, conseguidas con su extraordinaria pericia como investigador, reconocida en todo el mundo. Asimismo, los más diversos testimonios recogidos de toda la gente relacionada con el Vaticano fueron muy valiosos en la investigación, permaneciendo la identidad de muchos de tales colaboradores en el más estricto anonimato, por muy obvias razones. Yallop tiene como convicción definitiva que el Papa Juan Pablo I fue víctima de una conspiración que acabó con su vida, faltando solamente aclarar quién o quiénes fueron los verdaderos autores de la solitaria muerte en los aposentos pontificios. Será el lector quien juzgue a la luz de las evidencias expuestas, y establezca sus propias conclusiones.

- Fuente: http://es.shvoong.com/books

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