Entre los siglos XVIII y XIX, existió en Europa un violinista de quien se decía que su habilidad musical era producto de un Pacto con el Diablo. Su nombre: Niccolo Paganini. En los conciertos que ofrecía se contorsionaba hasta límites inconcebibles y corría por el escenario arrancándole sonidos fantásticos a su instrumento musical al que, previamente y para sorpresa del público, le retiraba tres de sus cuatro cuerdas haciéndolo sonar como si fueran varios violines en ejecución, además de alcanzar notas imposibles para la mayoría de los músicos.
El mito del Pacto con el Diablo, surgido por las aseveraciones de la madre de Paganini, quien aseguraba haber tenido un sueño en el que se le apareció el demonio y le dijo que su hijo Niccolo sería un violinista famoso; tenía una explicación mas "natural". Hoy en día se sabe que Paganini sufría del Síndrome de Marfan, una enfermedad que afecta al tejido conectivo confiriéndole a quien la padece largas y flexibles extremidades; lo que permitía a Niccolo Paganini realizar sus característicos movimientos.
No obstante, dejando de lado el mito, Niccolo Paganini demostró desde muy temprano un enorme talento musical, dando su primer concierto a los seis años de edad, con nueve hizo su primera gira y a los dieciséis ya era mundialmente famoso. Falleció en 1840 de un cáncer de laringe.
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